30.5.06

TRESCIENTOS TREINTA Y TRES DISCOS PARA AGITAR EL BOOGALOO ENCEFÁLICO # 009/333



JOHNNY THUNDERS AND THE HEARTBREAKERS : L.A.M.F. (revisited)
1977-1984


Hostia Puta. Like A Mother Fucker. L.A.M.F. Probablemente el disco de rock'n'roll punk más guarro y más de puta madre de la historia. Y perdonen los tacos, pero es que lo sigo escuchando mientras escribo y me veo obligado a escupir sapos y culebras con actitud desafiante. Casi el disco punk perfecto. Matizo con el "casi" porque hablar de perfección en términos punk es casi un insulto. Reto a cualquiera de ustedes a que se empape de este disco y luego proceda a seleccionar una canción que sobra, sólo una. Verán que es misión imposible. L.A.M.F. también es la prueba de que la teoría del caos funciona en términos de inmediatez punkrockera. Tras la separación de los glameros protopunks New York Dolls, el guitarrista Johhny Thunders y el batería Jerry Nolan recorren la escena punk neoyorquina en busca de drogas y acaban viajando a Londres interesados en el programa de metadona británico e invitados por el bastardo Malcolm McLaren para participar en la gira Anarchy de los Sex Pistols. Una gira que jamás llegará a realizarse. Fíjense ustedes cómo es el destino: los Heartbeakers aterrizan en la capital del Reino Unido el mismo día que los Pistols aparecen por la tele soltando tacos e improperios dirigidos al presentador papanatas Bill Grundy. Por la razón que fuera, seguramente relacionada con las drogas, Juanito Truenos y compañía asientan allí sus miserables (por raquíticos) traseros y se patean con sus botas de suela agujereada la explosión británica del '77, entablando el lazo intravenoso entre Nueva York y Londres. Les meto este rollo introductorio porque el disco se graba en pleno bullicio del imperdible, con el caos como mecha para la dinamita rockera, generando un montón de problemas que incluyen la existencia de varias versiones y mezclas fruto de las peleas entre ellos. Y aún así (o por eso mismo), el resultado es una perla plagada de hits de no más de 180 segundos que son como patadas en los cojones al rock sinfónico (de los cojones). Piensen: un grupo de yonquis tocando rock'n'roll por puro instinto de supervivencia y con el miedo al mono como leit motiv, vomitando descargas punk inmediatas, arrogantes, descaradas, viciosas, animales. Ya les digo que les va la vida en ello y por eso están dispuestos a atiborrar a Chuck Berry de anfetaminas para luego arrancarle las tripas y comérselas crudas. Sí. Eso lo define bastante bien: un acto de canibalismo tóxico-estupefaciente sobre los tres acordes chuckberrianos. Es que coño, prueben a no pegar brincos mientras escuchan el I Wanna Be Loved. Ja. Imposible. Miren como pervierten el pop de la Motown con It's Not Enough o ese desmelenado y salvaje Do You Love Me? que cierra un álbum abierto (de par en par) con un mensaje tan preclaro como Born to Lose. Y en medio una docena de himnos paradigmáticos que van del jacoso Chinese Rocks (compuesto al alimón por Dee Dee Ramone y Richard Hell en una noche pasada de vueltas en el apartamento de Debbie Harry) o la efervescencia primitiva de I Love You. Joder, es que me cago en la puta madre de todo bicho viviente porque no tengo más palabras. En serio. Voy a pincharlo otra vez. Hostia Puta. Like a Mother Fucker.

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