28.3.13

ASALTO A NOTRE DAME EN DOMINGO DE RESURRECCIÓN


A las once de la mañana del 9 de abril de 1950, cuatro jóvenes --uno de ellos vestido de pies a cabeza de monje dominico-- entraron en Notre-Dame de París. Era en plena misa de Pascua; en la catedral había diez mil personas procedentes de todo el mundo. «El falso dominico», como le denominó la prensa —Michael Mourre, de veintidós años- aprovechó una pausa que siguió al rezo del credo y subió al altar. Comenzó a leer un sermón escrito por uno de los conspiradores, Serge Berna, de veinticinco años.


Hoy día de Pascua del Año Santo
Aquí en la insigne iglesia de Notre-Dame de París
Acuso
a la Iglesia católica universal de haber desviado letalmente nuestra fuerza vital hacia un cielo vacío
Acuso
a la Iglesia católica de estafa
Acuso
a la Iglesia católica de infectar el mundo con su moralidad fúnebre de ser la llaga que se extiende en el cuerpo descompuesto de Occidente
En verdad os digo: Dios ha muerto
Vomitamos la agonizante insipidez de vuestras plegarias pues vuestras plegarias han sido el humo pringoso de los campos de batalla de nuestra Europa.
Hoy día de Pascua del Año Santo
Aquí en la insigne iglesia de Notre-Dame de Francia
proclamamos la muerte de Cristo-dios, para que el hombre pueda vivir por fin.

El cataclismo que siguió fue más allá de todo cuanto pudiesen haber esperado Mourre y sus seguidores, quienes al principio simplemente habían planeado soltar unos cuantos globos rojos. El organista, advertido de que podía tener lugar una irrupción de ese tipo, ahogó las palabras de Mourre justo después de que este pronunciase las palabras mágicas: «Dios ha muerto.» El resto del discurso jamás llegó a pronunciarse: la guardia suiza de la catedral desenvainó sus sables, acometió contra los conspiradores e intentó matarlos. Los camaradas de Mourre subieron al altar para protegerle: a uno de ellos, Jean Rullier, de veinticinco años, le rajaron la cara de un sablazo. Los blasfemos escaparon -con el hábito veteado con la sangre de Rullier, Mourre alegremente bendijo a los fieles mientras se dirigía a la salida- y fueron capturados, o mejor dicho, rescatados, por la policía, ya que tras perseguirles hasta el Sena, la multitud a punto estuvo de lincharlos. Un cómplice aguardaba con un coche en marcha listo para emprender la huida, pero ante la visión de aquella multitud enardecida, no les esperó. Marc O y Gabriel Pomerand, presentes en la catedral, lograron escabullirse y fueron directamente a Saint-Germain-des-Prés a divulgar la noticia.

(…)
En Paris, Notre-Dame aparecía en enormes titulares en las portadas de todos los periódicos. L’Humanité, el diario del Partido Comunista, lo denunció. En términos más liberales, cl periódico sin filiación Combat hizo lo mismo: “Reconocemos el derecho de cada persona a creer o a no creer en Dios. Reconocemos también que la farsa es necesaria, y que, en ciertas circunstancias, incluso las bromas pesadas son defendibles. Pero...” Ateniéndose a su papel de forum popular de la vanguardia, el periódico abrió sus páginas a un debate sobre el asunto: guiados por André Breton, una gran parte del Paris surrealista se manifestó en su defensa mediante cartas que aparecieron durante días.


(…)

De los cuatro «illuminati» (Cambat), sólo Mourre fue detenido: el arzobispo le acusó de hacerse pasar por un sacerdote. Enviado a reconocimiento psiquiátrico, Mourre consiguió que Combat cambiara de línea editorial cuando el experto escogido por el tribunal, un tal doctor Robert Micoud, resumió la personalidad de Mourre con las expresiones: «idealismo frenético»; «desprecio por la percepción externa»; «cogito prerreflexivo»; «reflejos ocular-cardíacos indiferentes»; «ortosexualidad (vergonzosamente admitida)»; «capacidad para ir directo al corazón de una doctrina» y «para viajar en un instante a través de varias épocas»; «irritación ante la sugerencia de que el Ser puede haber precedido a la Existencia»; «ideas fugaces»; «ataques sorpresa mediante lanzamientos en paracaídas e interminables profusiones de neologismos», y «una lógica exageradamente sesgada y paranoica, en la que hay más intolerancia rigurosa que rigor intolerante».

Se trataba, sin duda, de una obra maestra de la crítica literaria francesa. Clínicamente era también un diagnóstico exacto, pero al mezclar la política con su diagnóstico, el doctor Micoud encendió la mecha de una nueva polémica. Puede que ya no causara más problemas en las catedrales, informó el psiquiatra, pero si no se le confinaba en un sanatorio significaría una amenaza definitiva a la «tranquilidad pública en los distritos de la clase media».

El doctor Micoud había ido demasiado lejos, un segundo escándalo abogó al primero, y después de permanecer once días bajo custodia, Mourrc fue puesto en libertad. Tres meses más tarde escribió Malgré le blasphéme (en castellano A pesar de la blasfemia), un libro tan aceptable para la Iglesia que el arzobispo, el mismísimo hombre cuya misa Mourre había interrumpido, recomendó que todas las bibliotecas de las iglesias lo comprasen. Tras haber escrito las biografías de Charles Maurras (1868-1952), el carismático líder de la facción Acción Francesa, monárquica y protofascista, y de Felicité de Lamennais, adalid de la libertad religiosa en el siglo XIX, Mourre se convirtió en un escritor a sueldo enciclopédico y eclesiástico; murió, respetable y olvidado, en 1977. El incidente de NotreDame, observó un corresponsal de Combat en pleno furor, era, a falta de otra cosa, «un buen principio para una carrera literaria».
El relato procede del libro Rastros de Carmín de Greil Marcus (Anagrama) y narra una célebre acción del movimiento letrista parisino en la catedral de Notre Dame el domingo de Pascua de Resurrección de 1950. El incidente tiene entrada propia en la wikipedia. Los letristas eran hijos del dadaismos (que lógicamente renegaban del mismo) y esta acción sirvió para la posterior Internacional Situacionista. He buscado cómo informaron aquí del suceso La Vanguardia y ABC. Me encanta la crónica de ABC (la segunda que pueden leer a continuación).







PUNK NOT DEAD

PILOTOS, JAMONAS Y ALAS DE ACERO


Hace unos días publiqué en gencomics un extenso repaso a los cómics de aviación aprovechando el éxito de alguno de ellos. Aunque en principio se centra en los álbumes de Romain Hugault, no pude evitar un recorrido por algunas de las muestras más relevantes del género en la cultura popular: el pulp, el cine, los cómics y, dentro de estos, la nutrida tradición franco-belga. En definitiva: de Bill Barnes a Lylia Litvak pasando por Tanguy y Laverdure. Pueden leerlo aquí.

 

16.3.13

ROMPE-PRIMAVERAS POR SIEMPRE, ZORRAS


Spring breakers fue la película sorpresa del último Festival de cine fantástico de Sitges. La señora absenta me acompañó a la sesión y ahí estábamos los dos, contemplando en sus primeros minutos ese festival de cuerpos en bikini dándose a la fiesta en la playa y desvelando que entre los universitarios norteamericanos, las erasmus borrachas y nuestros canis de suburbio no hay demasiadas diferencias cuando se sueltan las hormonas.

En el calendario escolar norteamericano y en otros países (pero no el nuestro, de ahí la necesaria explicación) hay hueco para unas vacaciones de primavera que se conocen como Spring break. Desde los 80s se ha impuesto entre los jóvenes universitarios la escapada a las playas de Florida para practicar eso que hacen todos los jóvenes: botellón y sexo a ritmo sincopado. De eso va Spring breakers, aunque de break a breaker hay una sutil (y bella) diferencia. La película de Harmony Korine propone seguir a un grupo de esas jovencitas en su escapada primaveral y mostrar sus coqueteos con el desfase que les es propio y que en el fondo la sociedad y el mercado esperan de ellas, con el añadido de que esas adolescentes barely legal son niñas Disney, esas mismas niñas que atormentan a quienes somos padres de familia porque vemos con horror las sitcoms que emite Disney Channel cada tarde.


Pero retomemos el hilo de mi historia. Allí estábamos la señora ausenta y yo en una sala donde había más jovencitas de lo normal ya que, atención, se había presentado el club de fans de Selena Gómez en pleno. A la media hora de película, ya cuando habíamos visto a Pumares abandonar el pase, mi mujer se acercó a mi oído y me susurró que vaya rollo. Yo levanté un poco los hombros y le dije que no tanto y que a ver cómo iba la cosa. Y la cosa fue bien porque al rato estábamos ambos bastante embelesados por la propuesta y sus vaivenes entre lo irritante y lo hipnótico.


Al aparecer los títulos de crédito que indicaban el fin de la película se oyeron silbidos y alguien bramó un “¡Vaya mierda de película!” muy celebrado por una parte del público. Yo estaba en desacuerdo porque la hipnosis había vencido a la irritación y porque Spring breakers guarda en su interior algunas de las imágenes más arrebatadas del pOp reciente, especialmente esas chicas con bikinis rosas, máscaras rosas y armas de fuego convertidas en sicarias del gangsta de turno. Creo que mandé algún tuit inmediato lleno de entusiasmo (muy retuiteado por las fans de Selena, por cierto) y al día siguiente la película seguía ahí, internalizada y exultante.




Han pasado varios meses y ahora se estrena comercialmente, aunque supongo que durará poco en salas, pese al hipster, porque serán muchos quienes dirán que es una mierda. Lo cierto es que es muy difícil colocarse ante ella sin posicionarse en uno de los dos extremos, entre el exabrupto y el entusiasmo. Y mientras los primeros lo tendrán claro, los segundos la aplaudiremos pese a no tener claro si se trata de una operación de puro postureo y explotación moral o de genuina voluntad transgresora y ganas de subvertir el entertaiment con adolescentes wasp que coquetean con el lado oscuro. Al "mirad lo que hacen vuestras hijas cuando están solas" (visualizadas en estilizado modo MTV) hay que enfrentar la idea de pervertir el icono de la niña Disney televisiva, aunque sea revestida en lo que se espera de ella en un par de años (o incluso como futura sublimación de la chica de reformatorio). La adolescente del Disney Channel está ahí como pesadilla del peor pop de consumo, y su influencia es palpable en todas las niñas que aguardan a la puerta del colegio, lo veo cada mañana. Y en estos tiempos ramplones esa transgresión es hermosa, por mucho que nos quede la duda de si es sincera o pura impostura arty, si es una sátira o está vacía por dentro. En realidad da un poco igual porque aunque Selena se raje a media película hay una celebración casi ritual de la adolescente en bikini, de la abducción del emprendedor mafioso y de mofa en la cultura popular tal y como la entiende Britney Spears. En definitiva: hay gozo y disfrute al que entregarse y al que jalear.


Me pilla esta crónica a media lectura de Rastros de Carmín de Greil Marcus, libro que traza (entre otras cosas) caminos entre dadá, situacionismo y punk. Muy atrevido sería poner Sprin breakers en esa senda, aunque si nos ponemos punkis la película de Korine está más cerca de Malcolm McClaren que de Johnny Rotten. Aún así no puedo concluir estas letras sin uno de los párrafos que he subrayado estos días:
La cultura pop es un producto –un espectáculo, un show, una canalización de deseos suprimidos en forma de mercado- y a la vez es un impulso, una producción de deseos suprimidos que una vez liberados pueden crear su propia melodía. (…) Al producir lo popular, la sociedad burguesa produce su opuesto (la chusma), y en su mayor parte se las arregla para convertir ese opuesto en una imagen que se elimina o se presenta en los momentos oportunos. Y aún así la imagen misma es enemiga de la mayor parte de cosas en las que cree la burguesía, y su efecto no puede calcularse tan exactamente como la clase dominante desearía. Existe siempre la oportunidad de que lo pop sea utilizado para exigir fugazmente lo que el censor tanto teme.

6.3.13

EPÍSTOLAS LIBRESCAS (I)


Querido Absence; 
Cuando accedí a recopilar los libros que encontraba recomendables aparecidos en los dos últimos meses pensé que sería cosa de una docena de títulos. Como mucho veinte. ¿Quizá veinticinco? 
Como ya sabes las cosas tienden a írseme un poco de las manos. Y esta ocasión no iba a ser diferente así que digamos que han salido unas pocas anotaciones más de lo que yo esperaba, pero claro...
Voy a empezar por lo imprescindible. Y quizá lo más imprescindible de todo es "Cuentos completos" el tomo recopilatorio que -como su propio nombre indica- recoge todos los cuentos de Roald Dahl y que acaba de publicar Alfaguara. Aunque no se hayan molestado en ofrecer nuevas traducciones al español.

Otro imprescindible es "¡Abajo el colejio!", recién publicado porImpedimenta, sobre textos de Geoffrey Willans y del mil veces grande Ronald Searle, el padre de las chicas de St. Trinian, que aquí crean un híbrido entre Guillermo Brown y El Pequeño Nicolás en la figura de Nigel Molesworth, un chaval tremendo rodeado de unos compañeros y profesores no menos especiales metidos en pequeñas aventuras y momentos de observación amplificados por los magníficos dibujos y viñetas de Searle.

Recomendable también "Boston. Sonata para violín sin cuerdas" de Todd McEwen en Automática, una lectura compleja, escrita como en fluir de conciencia, sobre un hombre que se golpea la cabeza y termina en mitad de una revolución.

No te puedes perder la versión ilustrada, ¡ilustradísima! de historias clásicas de Edgar Allan Poe, se llama "Cuentos de muerte y demencia", se encarga de los dibujetes Gris Grimly, publica Nórdica y el resultado difícilmente podría haber sido mejor. En ocasiones llega a parecer incluso un cómic con extrañas decisiones sobre el texto.

Cierra esta selección de los cinco mejores un título francamente curioso, la "Ciencia Ficción. Poemas, artículos y novelas cortas." que ha recopilado de entre la producción de Emilio Carrere el prolijo Francisco Arellano para su Biblioteca del Laberinto.

Y es que el género está muy vivo últimamente. Sin salirnos del fantástico estos dos últimos meses hemos tenido también "La máquina espacial", en RBA, el acercamiento de Chritopher Priest a los mitos de las máquinas del tiempo -especialmente la de H.G. Wells- o lo último de Terry Pratchett, "Snuff", en Plaza & Janés, que le daba duro a la nobleza de campo, la pertenencia a castas y algunas cosas más. Además, Cristina Fernández Cubas ha presentado un nuevo libro en Tusquets "La puerta entreabierta", una novela abiertamente fantástica para la que la autora ha decidido -no sé bien por qué- firmar con el transparente pseudónimo de Fernanda Kubbs. Finalmente tenemos la última de Adam Nevill, ese autor de terror que espero conozcas, que ofrece en "El fin de los días" una trama con una secta de fondo y un director de documentales en primer plano. Que no nos podemos quejar, vaya.

Menos todavía podemos quejarnos los aficionados a la novela negra, que está aún de moda permitiendo que se publiquen rarezas como "¿Se cayó...?", una intriga muy muy clásica de Thorne Smith publicada en El Nadir sobre una muerte quizá demasiado conveniente. Y hablando de clásicos, RBA ha aprovechado para recuperar la primera novela de Jim Thompson "Aquí y ahora", que está menos verde de lo esperable, y también para recuperar "La luz del día" de Eric Ambler, el libro en el que se basaría la película "Topkapi", ese clásico del cine de espías. Conste que RBA también ha sacado alguna novedad como la continuación de "Drive", "El regreso de Driver", de James Sallis. Aunque si me tuviera que quedar con uno de sus libros sería con "Sociedad negra", lo último del titán Andreu Martín. Por cierto que Martín no es el único de los grandes que ha publicado en estos meses porque abría el año el inconmensurable Francisco González Ledesma con su Méndez en "Peores maneras de morir" en Planeta, mientras que un Juan Madrid sin Toni Romano ha ganado el Fernando Quiñones con "Los hombres mojados no temen la lluvia"; y aunque llegara unas décadas después de ellos también Alicia Giménez-Bartlett ha sacado otra aventura de su Petra Delicado, "Nadie quiere saber", en Destino. Ah, ¿te acuerdas de "Blancanieves debe morir"?, pues su autora, la alemana Nele Neuhaus, tiene otro libro publicado por Maeva "Amigos hasta la muerte". Aunque sospecho que quizá el que te pueda atraer más sea lo último de lacolección Negra de Alba "Las posesiones del Doctor Forrest", de Richard T. Kelly, una historia de desapariciones, muerte y cirugía bastante peculiar.



Aunque imagino que cuando me preguntabas por libros querías alguna recomendación más... "literaria", cosas sobre lo último recomendable que ha sacado Anagrama que, por una vez, son unos pocos libros, desde el "Limonov" de Emmanuel Carrere a "El condotiero" de George Perec, aunque particularmente prefiera el estilo irónico de Alan Bennett al que han tenido a bien publicarle un par de obras cortas agrupadas bajo el título "Dos historias nada decentes". O quizá prefirieras el lado contrario, por ejemplo con Pálido Fuego que lo mismo te recupera la primera, e inédita en España, novela de David Foster Wallace, "La escoba del sistema", que te publica a Lars Iyers y su "Magma", un autor igual de experimental y divertido pero menos conocido. Pero, claro, es que hay tanta variedad que podemos ir corriendo de un lado a otro sin perder mucho en los cambios, correr desde los boxeadores de "El profesional" de Wilfred C. Heinz en Gallo Nero hasta "La estratagema" de Leá Cohen, una saga familiar búlgara que le permite recorrer el siglo XX y construir una narración en el suspense de esta indagación familiar, y también suspense tiene "Los huesos de invierno", ya sabes "Winter's bone" de Daniel Woodrel, en Alba, que juega a ser novela negra aunque es tan cercana al concepto de familia -y a la vez tan lejana- como podría ser la antes mencionada.
 

Y desde allí podríamos dirigirnos a otro tipo de género negro, el de "No soy Sidney Poitier", una obra realmente curiosa obra de Pervical Everett para Blackie Books, una historia de gente que se define desde la negación y observa el mundo con comicidad y dureza, mucho más amable de lo que se muestra Binyavanga Wainaina en "Algún día escribiré sobre África", en Sexto Piso, que pega un repaso de impresión a los clichés con los que se mira desde Europa y Norteamérica al continente, un libro muy revelador, igual que lo es -aunque compartan editorial- pero por motivos completamente diferentes la "Vida de una mujer amorosa" de Ihara Saikaku, una historia de erotismo, trastorno exotismo y Japón. Y de Japón a Irlanda porque Nórdica ha recuperado el inicio de la novela en que estaba trabajando cuando murió Flann O'Brien, "La saga del Sagú de Slattery", y no sólo es tan brillante como suele serlo el autor, es que además se termina dejándote con las ganas de saber más. Pero pasemos de una obra incompleta a la recopilación de múltiples obras en el tomo "Prosa" que Nevsky Prospect le ha dedicado a Anna Ajmatova, un libro sorprendente en una autora más conocida por su faceta como poetisa. Ah, y hablando de sorpresas, no se me puede olvidar hablar de la traducción al español del último Premio de la Crítica, "Twist" del vasco Harkaitz Cano, publicado en Seix Barral que tienen también toques negros aunque aquí se hable más de la amistad y de la violencia del poder.


Como ves, muchos paseos. Pero es que el género de viajes está poniéndose de moda poco a poco. No hay más que ver "En busca de las fuentes del Nilo" de Tim Jeal por Península. Toda una crónica de viajes y descubrimientos que recuerda las aventuras de aquellos exploradores. Nada que ver con "El monóculo melancólico" de Guido Ceronetti en Acantilado, en el que los viajes pueden ser tan externos con internos, y cuyos descubrimientos requieren menos acción y más reflexión al ser todos mentales. Entre medio se podría colocar "Divago mientras vago" de James Langston Hughes en Antonio Machado, un autor viajero que vivía de escribir sobre lo que y que viajaba para pensar. Una curiosa mezcla de lo mejor del libro de viajes con lo más importante del biográfico.

Las biografías tienen un componente siempre interesante, normalmente gracias a la vida del retratado, ¿quién podría resistirse a las aventuras de una guionista en el Hollywood de los años veinte? porque eso es lo que se nos da con "La escandalosa señorita Pilgrim", las memorias de Frederica Sagor Maas en Seix Barral. O con los avatares con los nazis de Heinrich Böll en "Pero ¿qué será de este muchacho?" en Galaxia Gutenberg, un libro que recoge varios escritos autobiográficos. Igual y al revés ocurre como "Cinco mujeres excepcionales" de James Lord (Elba) en el que habla de algunas de las más destacadas mujeres de la mitad del Siglo XX. O a todo un clásico como Graham Green viendo publicado en Capitan Swing "Descubriendo al general" sobre el presidente panameño Omar Torrijos. La cuota de campos de concentración la pone el autor Manuel Lamana que complementa las reflexiones de su padre con las suyas en "Diario a dos voces" en Seix Barral. Aunque el resultado es bastante duro. Claro que con la historia ya se sabe. No hay más que echarle un ojo a la retraducida "María Estuardo" de Stefan Zweig, en Acantilado. O ver lo que opinaba Wagner de Luis II de Baviera, tal y como recogen sus "Cartas", en Fórcola.


Pero regresemos al cine por un momento porque también han salido algunos libros interesantes. Por ejemplo "La noche se mueve. La adaptación del cine del tardofranquismo" de Jose Antonio Pérez Bowie en Catarata, en el que explican el auge de las adaptaciones de la literatura popular y los giros que se le trata de dar al concepto de adaptación. Y en cuanto a monográfico creo que gana el tomo que Cátedra ha encargado a Carlos Aguilar hablando sobre Mario Bava, que no es por despreciar a los libros sobre John Lasseter o Peter Weir aparecidos en esa misma editorial o "Cuando no quede sitio en el infierno", el libro que ha publicado en Akal Luis Pérez Ochando sobre la figura de George A. Romero.

Como ves no he olvidado la categoría de no-ficción en este breve repaso. E incluso podríamos hablar de ensayos más tranquilamente. Sobre arte modernos, por ejemplo, que es de lo que va "¿Qué estás mirando?" de Will Gompertz en Taurus, o el catálogo "Proyecto FAKE!" sobre la exposición que el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha dedicado a Elmyr de Hory, a la televisión en "Televisores cuadrados, ideas redondas" de Mikel Lejarza y Santiago Gómez-Amigo en Temas dehoy -del que ya hablé en El Receptor-, o a la literatura, a la que podemos acercarnos pro medio de Julio Camba y sus "Caricaturas y retratos" en Forcola, que tiene el clarificador subtítulo de "Semblanzas de escritores y pensadores" o el aún más interesante "Las buenas chicas no leen novelas" en Paidos, de la italiana Francesca Serra, que traza los paralelismos entre la libertad para leer y la sexual, ofreciendo comparaciones entre las dos evoluciones femeninas como causantes de inquietud entre los hombres.


Y para tener toda una panorámica no hay como el enorme tocho "La era del inconsciente" de Eric Kandel, también en Paidos, que traza las influencias y retroalimentaciones de la ciencia y el arte desde los inicios del Siglo XX. No es la única aproximación al funcionamiento del cerebro porque también "Incógnito" de David Eagleman, en Anagrama, ofrece muchas preguntas y alguna respuesta. Y un poco más claro "¿Es lógic@?" de Huberto Marraud, en Cátedra, sirve para examinar y probar los argumentos que nos ofrecen, mientras que la "Teoría de las catástrofes" de Woodcock Davis, en esa misma editorial, señala algunas cuestiones interesantes sobre el caos y su funcionamiento. Hablando de lo cuál, le han dado una colección a Josep Ramoneda en Galaxia Guttenberg y lo primero en salir es "Democracia" de Paolo Flores d'Arcais, en el que tratan de explicar por que la subversión de la democracia es un problema fundamental, aunque con mucho de manipulación de los significantes. Claro que quizá haya otro ensayo más histórico, "Secretos del Tercer Reich" de Guido Knopp en Crítica, centrado en investigar partes más oscuras de los Nazis, incluyendo algunas relacionadas con sus bases más discutidas como las relacionadas con el dinero . Aunque seguro que "La Revolución haitiana" de Jean-Bertrand Aristide, Toussaint l’ouverture y François Dominique, en Akal, te llena de gozo.


Hablemos no sólo de novedades, también algunas recuperaciones de estos dos meses que pueden interesarte, como la que ha hecho Alianza de algunos libros de Lem: "Relatos del piloto Pirx","Diarios de las estrellas" y "Edén"; también en bolsillo, dentro del Club Diógenes de Valdemar se ha publicado en un solo volumen "Los siete locos & Los lanzallamas" de Roberto Arlt y Acantilado ha publicado "La vida para principiantes" en lo que no deja de ser una antología de lo mejor de Slawomir Mrozek. Sin olvidar que Debate ha recuperado la fundamental "La CIA y la Guerra Fría cultural" de Frances Stonor Saunders.


Antes de acabar, dos libros que no sé si te interesaran por "proximidad", por un lado "El caso del mago ruso" de Jose María Fernández Luna en Ediciones B sobre un auténtico investigador, un auténtico ladrón de guante blanco, un auténtico preso fugado de la Modelo... o al menos eso es lo que dice su autor, que es todo una novelización a partir de hechos reales. La otra es "La Sra. Rius al desnudo", continuación por parte de Julián Peiró de "La señora Ríus de moral distraída", las memorias -y ajustes- de una importante madamme barcelonesa.

Lo que sí sé que te interesará, aunque sea sólo por llevar la cuenta, es la observación de la Teslaxplotation con la recuperación de "El soviet de los vagos" de Eduardo Gallarza en Funambulista y la publicación en La Factoría de Ideas de "El legado de Tesla" de Robert G. Barrett.

Como puedes ver hay un poco de todo y para todos.
Espero que para el próximo repaso, dentro de otros dos meses, pueda decir que se mantiene el interés, ¡o incluso que ha subido!
Un abrazo, Jónatan.
NOTA: El Blog Ausente estrena con esta carta una nueva sección regular: Epístolas librescas. Los lectores habituales sabrán que todos los años divulgo los Sark de Oro, premios y comentarios de Jonatan Sark sobre los libros aparecidos a lo largo de ese año. A Jonatán supongo que lo conocerán de Libro de Notas (donde escribe semanalmente de televisión) o como parte de los alegres muchachos de ADLO (donde habitualmente se encomienda a la diosa Discordia y a su (no tan) fina ironía para hablar el mundo del cómic). Lo raro es que no tuviera ningún sitio donde escribir regularmente de libros. Muy raro. Sark es lector voraz y trabaja en una librería, así que tiene un amplísimo conocimiento de las novedades editoriales y su contenido. Viendo ese vacío no he dudado en pedirle que cada dos meses o así me escriba una carta destacando libros publicados durante ese periodo. Estoy muy contento con esta iniciativa, porque así tengo todas sus sugerencias aquí reunidas y no dispersas pro las redes sociales. ¡Gracias Sark! Les dejo con un mosaico de esas mismas novedades por si les apetece comprar alguna desde aquí en Amazon y colaborar así con el mantenimiento de mi indomable biblioteca.Ah! Y por supuesto todo comentario sobre estos títulos y recomendaciones será bienvenido