11.5.08

MACH 5 GO GO GO




Ayer tarde, sorteando la furia de los elementos, me llevé a absencito a ver Speed Racer, la adaptación de los Wachosky del mítico animé televisivo, previamente manga, realizado por Tatsuo Yoshida en 1967-1968. Ambos disfrutamos de lo lindo con un espectáculo, conviene tenerlo presente, pensado para toda la familia y absolutamente intrascendente. Seria un error comparar Speed Racer con otra cosa que no sean las adaptaciones fílmicas de Los Picapiedra o Scooby Doo, por citar las primeras que me vienen a la cabeza y quizá porque el tipo de animación de Hanna y Barbera no estaba tan lejos de la practicada por los pioneros del animé televisivo. Y desde esa comparativa hay que decir que la película resulta muy beneficiada en su delirio multicolor y en el fantástico dominio que muestra del uso de las nuevas tecnologías digitales, pero también de determinados usos narrativos y de la fusión de lenguajes hoy tan relevantes como los de la animación japonesa o los videojuegos (por otro lado bastante hermanados). Hay quien puede pensar que la película no tiene alma, que quizá, aunque yo más bien apunto que la tiene, pero pensada para emocionar a niños de seis-ocho años (absencito tiene casi cuatro, por lo que sólo se emocionó bastante a ratos). Y hay quien lista bien muchos de los referentes, yo sólo añadiría esa joya del derribo setentero que es La Carrera de la Muerte del Año 2000: el look de Racer X, siendo fiel al original, es clavado al de Frankenstein/Carradine. Pero, por encima de todo, el referente total es el propio animé, incluso en esa revolución visual con que se promociona la película, y que no lo es tanto, auqnue sí muy interesante por lo que tiene de fusión entre animé primitivo y estética de videojuego. Probablemente un acto de justicia y de amor por parte de los Wachosky.

Yo, como saben, soy en parte un señor mayor. Uno de los hechos que lo demuestran es que fui uno de los niños fascinados por Meteoro, que así se llamaba el animé cuando se televisava por las tarde de un lejano 1971. Tendría unos cinco años y acabó por conformar uno de mis más añejos recuerdos televisivos. En concreto, había un episodio que quedó grabadoa fuego en mi por entonces tierna memoria. Era aquel en el que se enfrentaban a un camión gigante de carreras de 150 metros de longitud. Enésima muestra de que el gusto de la ficción nipona por el gigantismo siempre me impacto. La imagen del camión enroscandose como una serpiente alrededor del recorrido del Match 5 acabó por ser una imagen llena de tensión que imprimió por siempre su recuerdo.



Les explico esto porque me considero por ello capacitado para afirmar la tremenda fidelidad del filme al animé original. Casi todas las escenas vienen inspiradas por cosas que pasaban en la serie. Y a continuación tendrán un puñado de imágenes que así los demuestran. Sí, pese a todo el rollo escrito este es otro post visualmente abusivo. Pero es que además de esa fidelidad a la historia y personajes, con algunas variaciones en lo que respecta a la figura del corredor enmascarado Racer X y el diseño de un villano de disneyana raigambre, quizá la traición más usaca (con ese idealismo del capitalismo emprendedor y familiar enfrentado a las grandes corporaciones) junto al papel desempeñado por la escudería japonesa. Pero como les digo, además de esa fidelidad está el acto de justicia de las nuevas tecnologías para con el animé original, que no por añejo (¡cuarenta años!), primitivo y poblado de rasgos atezukados dejaba de estar poblado de hallazgos visuales en su curiosa lucha entre estaticidad presupuestaria y velocidad contextual. Meteoro (aka Mach 5 GoGoGo en Japón y Speed Racer en EEUU) estaba plagado de planos imposibles, de transiciones hipercolóricas, de explosiones exageradas, de circuitos retorcidos, de planos cenitales, de visiones subjetivas. Muchos de esos hallazgos fueron utilizados y evolucionaron hacie el anime actual, pero muchos otros coincidían con el de los primeros videojuegos de carreras, que aparecieron un poco más tarde. Es por eso que les digo que aplicar las nuevas tecnologías a la reformulación de Speed Racer es un acto de justicia y amor. Y ahora les dejo con la galería de imágenes. Los que vean la película reconocerán muchas de ellas.


Chispita y Chim Chim en el maletero (una constante) o colándose en el avión del villano de turno.


Chispita y Chim Chim robando dulces, primero, y camuflados (dos en uno) en el cuertel general del villano (de nuevo de turno).


Trixie en su helicóptero, que gana mucho con Christina Ricci a los mandos y pintado de color rosa (¿conexión Penélope acaso?) y el misterioso corredor enmascarado Racer X, que en la serie vestía de blanco y con esa reveladora M de Mifune en el pecho (la M no era de Meteoro ni de Match 5, sino de Mifune, el apellido de la familia japonesa en el original).


El padre, campeón de lucha libre además de ingeniero, volteando al enemigo en dos episodios diferentes.


Choques que desafían la ley de la grabedad, acompañados de explosiones que se multiplican por mil, y chicas que dan la salida.


Puntos de vista imposibles y carreteras que se retuercen.


Hologramas con las mejoras en los gadjets y la mítica botonera del volante que los activa.


El accidente de Rex y la discusión con el padre.


Los capitalistas del equipo Alpha pujando por Meteoro y el Match 5.


Corriendo entre ciervos y jirafas, un momento que siempre me ha llamado la atención en los créditos originales y del que he encontrado a faltar algún guiño en la versión actual. Lo mismo me pasa con los créditos del final, que proponían un recorrido por la historia del diseño de automóviles, muchísimo mejor que ver las tonterias de Chim Chim al volante. Veanlo ustedes mismos.




Los sueños de Meteoro: el misterio de racer X y el recuerdo de Rex.


La madre que hace calceta (los Wachosky se decanta por los pastelitos, que también) y Chispita frente al Racer X.


Pelea en el desierto.


Los famosos planos cenitales, que tanto hermanaban Meteoro con los primeros Arcades.


Villanos sacados de La Carrera de la Muerte del año 2000 (bueno, al revés) y transiciones entre escenas hipercromáticas, un atentado contra el fundido en negro.


La familia que trabaja unida toda la noche para introducir las mejoras.


El inspector de policia encargado de las carreras y el mafioso icónico.


Visiones subjetivas. ¿Dónde está mi joystick?

Y para acabar, la genial cabecera original. Cantemos todos Match Go ¡Go Go Go!

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