27.7.05

Como un puto junkie ausente



Toc Toc ¿Hola? ¿Aún están ahí? Disculpen tan abrupta interrupción del Blog Ausente. La más larga desde su creación. Es que debía finiquitar temas. Ya están finiquitados. Estoy libre. La cosa debe volver por los bezetosos senderos hasta hace un mes habituales. Debe, sí, pero... ¿ya?

Acabo de iniciar las vacaciones. No vuelvo al curro hasta el día en que este espacio cumple un año. No es mi, intención, ni mucho menos, cerrar el tenderete. Al contrario, quiero recuperar el ritmo perdido. Pero será dificil que pasarme los próximos días tumbado a la bartola no afecte de alguna manera la tónica habitual. Por un lado está la lógica y necesaria abolición de la rutina, que es algo que a mí suele resultarme. Todos los días, lo primero que hago al llegar al despacho es enviar una entrada del simpsonario, por ejemplo. Y repasar algún texto que tengo guardado como borrador. Hasta que llega el jefe, claro. Hacer eso en vacaciones es menos agradecido, le resta morbo. Así que habrá irregularidad en los posteos.

Por otro lado, está absencito 100 % fulltime, lo que reduce el tiempo de posteos a aquellos momentos en que no recorre la casa en busca del mal, de lo prohibido, de lo que “es caca”. Es decir, cuando duerme. Afortunadamente duerme mucho. Luego, aunque eso se me pasará rápido, que estoy cansado de escribir. Entiéndanme. He escrito mucho estos días aunque no aquí. Ayer entregué un texto con 22.500 palabras. Así que supongo que mi cerebro me va a pedir unos días de reposo fofo e informe, de aplatanamiento neuronal. Vaya por delante que me opongo a ello. Habrá lucha.

Otro factor es que en breve me desplazaré a la costa. Nada grave en el sentido de que allí también hay conexión a la red. Pero también es cierto que no estaré rodeado del emporio pajero ausente. Las pilas informe de cultura basura que me rodean y que se inclinan peligrosamente sobre mi figura ejercen una influencia bendita. A donde voy me llevaré lo puesto.

Y lo peor de todo está por decir. Acabo de empezar Choque de Reyes, la segunda entrega de Canción de Hielo y Fuego de G.R.R. Martin. Leí el primero hace año y medio y compré el segundo casi de inmediato, pero como me gusta ir variando opté por poner algún libro diferente por en medio. Fueron varios y llegó absencito. Me dí cuenta que no podía dejar que el libro me abduciera y arrebatara de nuevo. Y lo dejé para las vacaciones de verano. Es decir, ahora. Verán ustedes. La primera entrega, Juego de Tronos, me tuvo hipnotizado durante los seis días que tarde en devorarlo. En parte, el best seller perfecto. Martin, maldito hijo de puta, controla perfectamente la narración y el vasto universo por el que circulan más de doscientos personajes. Y ayer por la noche, leyendo el diálogo de las primeras páginas entre Tyrion Lanister y su hermana regente Cersei ya estaba dando saltos en el sofá, a las dos de la madrugada, exclamando “¡éste tío es un hijo de puta y ya me tiene enganchado!”.

Así que ya lo saben. Estoy enganchado. Como un yonqui.

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