15.5.05

TONTO (HIJO) Y LOS ENMASCARADOS JUSTICIEROS



Esto de los blogs y la blogosfera me es muy gratificante. No sólo porque escribo lo que me da la gana y cómo y cuándo me apetece, como una especie de fanzine unipersonal de cadencia casi diaria. No sólo porque la gente me lee y hasta le gusta lo que escribo, o aporta sus opiniones. ANo sólo por eso. Internet expande la posibilidad de trabar relación con gentes que tienen similares intereses. Yo, como ya hace tiempo que esto de la red me satisface más que la televisión basura, he conseguido labrar un nutrido grupo de amistades interneteras mediante foros y listas de correos (mis amigos dixtópicos, bruttos o adláteres son los mejores ejemplos). Ahora hay que añadir la comunidad bloguera a la lista de focos infecciosos de los que sacar gente que merece la pena.

Y estaba yo haciendo un recorrido por los blogs que tienen a su izquierda (y, créanme, no doy a basto) cuando doy con este reciente post de Hijo Tonto. No sé (o no recuerdo) como llegó al Blog Ausente pero está claro que nos une la misma pasión por el desprejuicio de la explotación pop de bajo presupuesto en general y por las psicotronías mexicanas en singular (y que tengo algo olvidadas por aquí, habrá que remediarlo, pero es que hay tanta joya suelta o territorios a investigar...) A los comentarios elogiosos que sobre mí va soltando el señor Hijo Tonto por ahí, y el post que les he enlazado es sólo el último ejemplo, hay que añadir sus avisos. Me avisó por correo de que los programas dobles de luchadores mexicanos editados por Brentwood iban a ser descatalogados. Así que si El castillo de las momias de Guanajuato, Misterio en las Bermudas, Los campeones Justicieros y Vuelven los campeones Justicieros descansan en mis estanterías es gracias a él, por mucho que disimule su sabiduría con sus elogios hacia mi persona. También fue él quien llamó mi atención respecto a que The Terror of Tiny Town, el western protagonizado por enanos que de pasada comentaba hace unas semanas, también era conseguible en zona uno por un precio la mar de jugoso (sin subtítulos, eso sí, pero qué más da). Y con él (y varios más) tengo pendiente terminar un listado de mi colección de cine zetoso para ejecutar enriquecedores intercambios culturales. Así que cuando uno se da de bruces con un post en el que se reseña una joyita coolzetosa de cine chatarra mexicano y cuyo responsable pierde el tiempo en aconsejar casi todos los textos que sobre el tema he ido colgando, no puedo dejar de sentir alegría y gratitud. Así que va por usted, señor Hijo Tonto, prometo recuperar mi revisión de El charro de las Claveras (que se ha postergado demasiado) y continuar con las dos pelis de Los Campeones Justicieros.

Por cierto, para añadir alguna imagen a este post endogámico, he buscado fotos de tontos en el google. Lo que pasa es que me han salido varias de Tonto, el indígena amigo y compañero de aventuras de El Llanero Solitario. Y me he dicho, qué coño, es pop, es derribo, es tonto y acompaña a un justiciero enmascarado. Mucho más adhoc.

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