7.4.06

EL HOMBRE ES UN ANIMAL QUE CONSPIRA


Llevo varios días dándole vueltas a cómo hacer esta reseña literaria y no consigo pillarle el punto, así que mejor me olvido de esquemas mentales previos y de recogida de información y pasó a vomitar mi comentario encomendándome al santo espíritu del caos y la inmediatez, quizá sea la mejor forma de acercarme a Robert Anton Wilson y su La Tierra Trema (Poliedro, 2006), primera entrega de las Crónicas históricas de los Illuminati.

Buena prueba de la absoluta ignorancia hispana sobre la figura de Robert Anton Wilson (RAW a partir de ahora) soy yo mismo. Hasta hace cosa de un par de años no tenía ni puta idea de quién era y fue gracias a MAB, ilustre forero invisible, que conocí de su existencia, pero poco más. Y poco más porque los dos libros editados en castellano hasta la fecha son piezas difíciles prácticamente inencontrables en su forma física: Las Máscaras de los Illuminati y El secreto final de los iluminados (Martínez Roca, 1983). Así que la noticia de la publicación de la primera entrega de la trilogía mentada (que no hay que confundir con su también célebre Trilogía de los Illuminati) me catapultó a la librería más cercana para, enseguida, sumergirme en sus páginas.

¿Y a qué se debe mi inusitado interés? Miren ustedes, en mi ignoran desconocía que Mr. RAW formaba parte del grupo de precursores y pilares de la contracultura, y, por tanto, uno de los pensadores que conforman el sustrato ideológico del pop de derribo y la sociedad borderline. Wilheim Reich, Timothy Leary, Charles Fort o nuestro admirado Philip K. Dick, que miren qué cosas decía de RAW: "se las ha arreglado para invertir toda polaridad en mi pensamiento, lanzándome a una visión del infinito". Con tamaños referentes (y no los cito todos), ustedes mismos.

Robert Anton Wilson, además de mago (al estilo alanmoorista o grantmorrisiano) y otras muchas cosas, tiene en su faceta de novelista la virtud de ser el gran filósofo de la conspiración. Nadie recordaba a los illuminati hasta que le dio por escribir su primera trilogía al respecto (la trilogía propiamente dicha, centrada en los EEUU del siglo XX). Y fíjense ustedes cómo está la cosa ahora, que sólo hay que darse una vuelta por la librería de la esquina para darse de bruces con el danbrownismo ese tan terrible... pero que algo bueno debía de tener: la recuperación del genuino padre del asunto, inédito por estos lares.

La Tierra Trema nos transporta al Nápoles de 1764, doce años antes de la formación de los illuminati en Baviera de la mano de Adam Weishaupt, y en fechas cercanas al par de revoluciones que se dice inspiraron filosóficamente (o por las que conspiraron): la independencia norteamericana y la Revolución Francesa. Tiempos convulsos ideales para la conspiración. Y no los busquen aún en esta primera entrega, centrada casi totalmente (aunque en su último tercio da paso a otros protagonistasm) en el joven Segismundo Malatesta. El libro es una crónica tan entretenida (es novela, no lo olviden) como apabullante en sus ricos referentes culturales (en ese aspecto se revela como una más que evidente influencia en Umberto Eco, por ejemplo), mezclando sábiamente personajes históricos como fictícios: Casanova, el Barón Frankenstein, el conde Cagliostro, los Malatesta napolitanos, Sir Francis Drake, Mozart, los hijos de Bach. Además, en términos conspirativos es sublime: la M.A.F.I.A., los Rossi sicilianos, los dominicos de la Inquisición, jesuítas, rosacruces, francmasones, jacobinos, alquimistas, ritos inicíaticos... Vamos, una lectura fascinante, de estupendo juego de niveles de lectura (la peripecia plagada de intrigas y el enorme sustrato cultural que la sustenta) que me ha dejado impaciente con sus continuaciones, que me ha reabierto un voraz apetito conspiranoico y que incluso ya ha inspirado un par de posteos en este Blog Ausente: la celebrada fórmula del Humúnculus salió de sus páginas, por ejemplo. No lo dije entonces porque pensaba que tardaría mucho menos en redactar esta reseña. Por cierto, la frase que da título a este post me dicen que la dijo un buen amigo en una entregada reseña televisiva de la obra. Yo la hago mía porque hace justicia y mola un huev... un humúnculo.


2 comentarios:

Luis dijo...

Yo tengo el libro "El secreto final de los iluminados" de 1983, ediciones Martinez Roca. Se los puedo vender, porque la verdad es bien dificil de entender. Quizas sea por mi escaso conocimiento de ciertos temas y este libro esta plagado de ellos. Si estan interesados escribanme Luchopc2000@yahoo.com

absence dijo...

<span>¿En qué estás pensando...?</span>
Gracias Luis. "El secreto final de los iluminados" se acabó reeditando al poco tiempo, de manera completa (en 3 volúmenes, Martínez Roca solo sacó el primero) con el título "El Martillo cósmico". Aquí hice la reseña: http://absencito.blogspot.com/2006/06/el-guateque-de-las-sincronas.html