7.5.05

METARREVERSOS : EL ESCUADRÓN (DEL PODER) SUPREMO



Hace un par de días listaba por aquí mis últimas compras tebeísticas y comentaba, así como de pasada, que si alguien tenía interés en saber mi opinión sobre alguna de ellas, me lo hiciera saber que adelantaría la lectura. Y así David Catalina me proponía la lectura de Supreme Power 1: Contacto. Petición realizada. Amigo David: hágase con él. Al menos a mí me ha gustado bastante y me ha dejado con unas tremendas ganas de leer la continuación.

Por si esto del Escuadrón Supremo marvelita les suena a chino, al fin y al cabo tampoco es que se hayan prodigado en demasía, les diré que en mi juventud, es decir, hace al menos dos décadas, los tenía muy desubicados y confusos: me parecían una copia de la Liga de la Justicia de la DC (es decir, otra editorial) y a veces eran buenos y a veces malos. Con el tiempo pude ubicar mejor estas dos ideas iniciales. Más que copia del supergrupo que reunía a los Superman, Batman, Flash o Linterna Verde se trataba de una especie de homenaje o juego llevado a cabo por el bueno de Roy Thomas en el Avengers 85 USA. La idea era confrontar al supergrupo de Marvel con su reflejo en la compañía rival transmutado en un grupo de superhéroes de una Tierra alternativa. El aficionado, además, podía jugar a un fácil quién es quién: Hyperion era Superman, el Doctor Espectro Linterna Verde, el Zumbador Flash y Halcón Nocturno Batman. La otra idea, esa confusión respecto al bando al cual se alineaban, es decir, el bien o el mal, no sólo venía dada por la sana tradición Marvel de liarse a hostias sin preguntar y a las primeras de cambio, sino por la existencia de un reverso (de nuevo) negativo, el Escuadrón Siniestro, fruto de una de esas complejas sagas con Kang como protagonista.

Todo esto lo comento apelando más al recuerdo que al dato fiable, de la misma forma que tengo muy olvidada la serie limitada que recuperó a los personajes a mediados de los 80, en ella el guionista Mark Gruenwald jugaba a la utopía política creo recordar que con irregulares resultados (y un poco de baile creativo en lo que a dibujantes se refiere: primero Bob Hall, luego Paul Ryan y con algún número obra de John Buscema) un par de años antes de esa maravillosa bomba que fue el Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons. Así que esa historia, en la que el Escuadrón Supremo tomaba el poder político de su mundo dispuesto a liderar una utopía social idílica que al final no sería tal (el poder corrompe, ya saben) en la que se pretendía borrar el mal mediante el lavado de cerebros, es posible que se tratara de un tebeo adelantado a su tiempo y de concepción más ligera que lo que vino a continuación.



La nueva serie, inserta en la línea MAX, es decir, la típica línea de contenidos más adultos (un tema éste que daría para otro post) propone un nuevo punto de partida a cargo de J.M. Straczynski y Gary Frank. Ambos son autores virtuosos en lo suyo, de aquellos a los que ir siguiendo sus respectivas carreras, que ya habían colaborado en la interesante Midnight Nation. Si buscan peleas musculosas y espectáculo puro y duro no es éste su tebeo. Como buen guionista Straczynski prefiere bordar algunos personajes (de manera pelín singular) y el desarrollo de la trama. Lo hace de manera sabia, sin que nada chirríe, interesando al lector (yo me lo he leído de un tirón sin muestras de cansancio, más bien al contrario). Lo cual no es moco de pavo si tenemos en cuenta que en los últimos años han abundado los tebeos que miran lo superheroico desde una perspectiva más siniestra, ambigua, de grises personajes que no se mueven en una dicotomía pura del bueno y el malo, que busca la verosímilitud, la apariencia realista. Supreme Power sería uno más del subgénero. Habrá que ver hacia dónde va en el futuro, de momento su mayor virtud es, como he dicho, la sabiduría del guionista en el desarrollo de una historia que ya hemos leído, aunque estoy seguro de que nos espera más de un conejo en la chistera.



Hyperion se alza en eje de toda la historia, cosa que permite una nueva (enésima) relectura de Superman (al fin y al cabo todo el tebeo, que es Marvel, podría ser perfectamente un Elseworlds de la DC). La diferencia es que, en vez de ser criado por una familia de granjeros de Kansas, será el gobierno de los EEUU quien se encargue de su educación mediante una realidad simulada, muy parecida al Show de Truman, para convertirlo en un arma al servicio del Imperio. Falsos padres puros y castos, educación ciertamente discutible en la que el enemigo comunista chino es el origen de todos los males, nula relación con otros seres humanos. Todo muy conspiranoico y de sociedad borderline, cosa que me place. El origen del resto de superpoderosos personajes que forman parte del Escuadrón Supremo se muestra a modo de perfectos y escuetos flashes (el lector conoce los referentes, las personalidades de los múltiples reversos DC y Marvel, y debe ponerlos) . Hay un velocista misterioso, casi una leyenda urbana de la América rural, un violento vigilante nocturno millonario y de color que persigue al delincuente blanco, se intuyen un híbrido submarino y una amazona legendaria. Y en las secretas instalaciones del gobierno se analiza con detenimiento la extraña nave extraterrestre que trajo al niño del espacio. De hecho, el origen del Doctor Siniestro (como mínimo) está estrechamente vinculada a ella. Las bases para un estupendo tebeo de superhéroes están ahí. A ver cómo sigue la cosa. Respecto a la edición de Panini, muy bien, gracias. Mucho mejor que las ediciones de la línea MAX a cargo de Planeta, de penososo papel. No es la panacea (esa solapa de cubierta) pero es una mejora.

No hay comentarios: