2.12.04

Haciendo el blogger en Sitges (III) : Desorden

Bueno, pues empezó la cosa. A las 9 de la mañana salía en tren de Barcelona y cuando me di cuenta (tarde) descubrí que me había equivocado de tren. Fantástico. Así que me perdí el pase de Borjamari y Pocholo. Como ven, nada grave. Todos los asistentes encuestados por mi parte coinciden: fui, en realidad, un tipo afortunado. Así que aproveché el tiempo saludando amigos. Con los años una auténtica multitud: el gran Chus Parrado, The Creeps, el invisible MAB, Busquets, Quim (auténtico gurmet del cine asiático). No ha faltado el tradicional y efusivo abrazo, quién me lo iba a decir, con Carlos Pumares. Qué cosas.

Voy rápido y sin pulir. Redacción instantánea.

Para empezar, un plato fuerte. El nuevo Miyazaki. Ayer dije que era Dios, pero soy politeísta. Debo reconocer la capacidad de este nipón para desbordar mi imaginación (que es mucha). El tipo continua dejándome embobado con sus dibujos, sus diseños. Sus admiradores encontrarán en Howl’s Movin Castle todo su universo: la guerra, la inexistencia de buenos o malos, los artilugios voladores, las brujas, las maravillosas mascotas secundarias. En el fondo una historia que recuerda tanto a Mononoke como a Chihiro. Con un final demasiado empalagoso. Que me ha gustado pelín menos que sus dos anteriores obras maestras, pero sólo un pelín. También es súmamente barroca y recargada, y nada fácil de entrada: te mete en este nuevo universo de golpe, sin explicaciones. Mención especial para la maquinaria-castillo que da título al filme. Y una reflexión pajera: las brujas de Miyazaki, la de aquí y la de Chihiro, son, estéticamente, las mismas brujas que las de Argento.

Luego venía Sky Captain and the world of tomorrow. Pajerismo pulp desbordante. Un filme de color sepia. El Hindemburg amarrando en el Empire. Un ejército de robots gigantes atacando Nueva York ¿O es Metrópolis? Godzilla en los periódicos. Y de golpe. Shangrilah. ¿QUé coño pasa aquí? No entiendo nada, menudo salto. Y otro salto. ¡Tachán! ¡Los rollos desordenados! Como no estaba dispuesto a que me jodieran la película, ya que el desorden parecía total (el tercer rollo tampoco era el tercero) he salido disparado de la sala, dejando para otro día este extraño filme que pinta como un ejercicio visualmente pajero a mayor gloria de los seriales de los 40 y de la estética de Alex Raymond.

Así que a la carrera he podido pillar Infernal Affairs. Enorme thriller chino, más tenso que violento, alejado de los tiroteos habituales (que los hay, muy puntuales, directos al grano) que podríamos definir como una guerra de topos, un duelo entre infiltrados. Luego hacían la segundo y la tercera parte. Ya se sabe como son los orientales cuando algo gusta. No me importa. El mainstream yanqui también copia, y peor. Me dice uno de mis guías orientales que la segunda es precuela y es mejor. Pero yo debía regresar a Barcelona, con la familia ausente (y con mucho trabajo para mañana).

No sé exactamente qué veré los próximos días. Lo del pase B de este año (yo lo he sido siempre, cosa de serie) no hay quien lo explique bien en prensa. Te dicen que puedes entrar en una y en esa una te dicen que necesitas entrada. Y luego está la otra, si antaño el bullicio de la sala de prensa tras los pases molestaba las ruedas de prensa (en una habitación aparte, con pasillo enmedio), este año sólo separa un tabique de plástico que no llega al techo.

Hubiera querido buscar el cartel y un enlace de cada peli. Se ha ido la luz durante dos horas en casa. Lo ha hecho imposible. Quizá mañana entre a arreglarlo un poco.

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