8.11.04

SOCIEDAD BORDELINE PUNTO SIETE : FLIRTÉE CON LECTURAS PELIGROSAS



Si han tenido el valor y la paciencia de llegar hasta aquí ya se habrán dado cuenta de que hace rato que del terreno de la especulación social se ha pasado a las pistas y recomendaciones bibliográficas. Tras reivindicar un género (la ciencia-ficción) y un medio (los tebeos), el penúltimo apartado de este caótico artículo prosigue con ese hábito tan poco moderno como es la lectura; y lo hace recomendando velozmente a un escritor de actualidad, unos cuantos ensayos (sin los que estas letras no hubieran sido posibles) y la más imprescindible de las revistas españolas.

Últimamente el nombre de Chuck Palahniuk aparece hasta en la sopa. No es para menos tratándose del autor de una novela fundamental: El club de la lucha (llevada al cine de manea ejemplar por David Fincher en 1999). La verdad es que Palahniuk tiene una cara que da como miedo, y se intuye que algo propio impregna a sus personajes. Si no han leído el libro (o visto la película) protagonizado por el caótico Tyler Durden no sé a que esperan para descubrir la caótica odisea de un adicto a los productos Ikea y a las reuniones de enfermos terminales que acabará implicado en una conspiración de despojos sociales dispuestos a destruir la sociedad capitalista a base de reventar rascacielos. Creemos que no se trataba de una profecía de Nostradamus.



La obra literaria de Palahniuk ha continuado con Superviviente (narrada por el gurú mediático de una secta suicida a punto de estrellar el avión en que viaja), Asfixia (un adicto al sexo que vive en un parque temático y ha sido criado por una madre situacionista, su mejor novela junto al Fight Club) y la reciente Nana (un relato de género sobre la muerte súbita de los recién nacidos). La biografía de este escritor nacido en Oregón en 1964 no está exenta de momentos cuando menos inquietantes (el asesinato de su padre), pero sus novelas describen muy bien el caos del individuo hipocondríaco en una sociedad borderline.

Si todo lo leído hasta aquí les parece extraño, alucinado o sencillamente peligroso bueno es reseñar los tres textos teóricos en lengua castellana que han inspirado (probablemente demasiado) todo lo aquí vertido: pOp cOntrOl, Cultura del Apocalipsis y ¡Vida Mostenca!.

El Pop Control de Miguel Ibañez (16) es una fría operación de cirugía social (sin anestesia) que enseña (deleitando) el carácter pop de la ultraviolencia y la deshumanización tecnificada, la fascinación por la bomba atómica, los psicópatas, las conspiranoias, la sangre como espectáculo de masas y el hombre máquina de destrucción masiva. Muy en la línea de este indispensable ensayo del barcelonés Miguel Ibañez, pero con un discurso mucho menos estilizado, robótico y homogéneo, es la amplia compilación llevada a cabo por Adam Parfrey en Cultura del Apocalipsis (17). Su objetivo es mostrar a la luz la variedad de alucinados textos que aparecen al amparo de la prensa radical y underground norteamericana: necrófilos, psicópatas, integristas, visonarios posmodernos, paranoicos, adalides de un nuevo no sé qué. Pese a tener algún texto demasiado cabezón se trata de una lectura como mínimo sugerente.



¡Vida Mostenca! (18) es el último libro a recomendar. Su autor, Jordi Costa, es casi sin pretenderlo (o quererlo) el teórico de referencia de la cultura basura en nuestro país (gracias a su labor como experto cinematográfico, su libro Mondo Bulldog (19) y la organización de la exposición Cultura Basura en el CCCB de Barcelona). Quizás a modo de recuerdo de lo que la literatura medieval conocía como bestiarios (manuscritos repletos de descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos, o quizás emulando los libros naturalistas de Felix Rodriguez de la Fuente, Jordi Costa realiza un exhaustivo pero no concluyente sampler sobre lo mostrenco (20). Personajes disparatados, inconexos, desconocidos o populares que conforman, todos juntos, la versión actualizada y cibernética de aquellas biografías de santos y mártires con las que educaron a nuestros padres, en esta ocasión (sería muy injusto no recordarlo) magníficamente ilustradas por Darío Adanti.



Y ya para acabar, el fanzine definitivo: el Mondo Brutto, dedicado a la actualidad bizarra para brutos mecánicos. Se trata de un generoso mamotreto de cadencia trimestral que está a punto de cumplir las treinta entregas (toda una proeza) fruto de la entrega de entes crípticos (como Galactus, Dildo de Congost, Grace Morales o Joe D’Allesandro) de prosa dicharachera (pero con enjundia) y envidiable archivo gráfico. Una avanzadilla pop (como los Invisibles de Grant Morrison) que gusta platicar de temas como la juventud, la unidad de los demócratas, la tolerancia, el suicidio, los mormones, Camacho, Escribá de Balaguer, el fetichismo, la frivolidad, la bomba atómica o lo español como ideal bizarro (21). Festejando la salud de esta imprescindible publicación (sin olvidar su lista de correo) nos adentramos en la recta final de la confusión entendida como una de las bellas artes.



***

(16) Ibañez, Miguel; Pop Cotrol: Crónicas post-industriales (Colección Parapapel, Ediciones Glénat, 2000).
(17) Parfrey, Adam (ed.); Cultura del Apocalipsis (Colección Intempestivas, Valdemar, 2002).

(18) Costa, Jordi y Adanti, Dario (ilustraciones); ¡Vida Mostenca! Contracultura en el infierno postmoderno (Colección No ficción, Ediciones La Tempestad, 2002).
(19) Costa, Jordi. Mondo Bulldog: Un viaje al universo basura (Colección Pandemonium, Ediciones Temas de Hoy, 1999).
(20) El adjetivo mostrenco, según la Real Academia Española: "que no tiene casa ni hogar, ni señor o amo conocido; Ignorante o tardo en discurrir o aprender; persona muy gorda y pesada.

(21) De nuevo, según la R.A.E: "valiente, generoso, lucido, espléndido".

No hay comentarios: